Robinson Orellana

Mi nombre es Robinson Orellana Olivares, padre de Alanís Orellana Ramírez, la cual es alumna de regular del Jardín Infantil, Los Molinos, perteneciente a la Corporación Municipal de Quilicura, Código JUNJI: 13125012. El día de hoy mi hija asistió a clases como lo hace regularmente, durante la tarde la madre de Alanís recibe un llamado telefónico del Jardín infantil anteriormente individualizado, a las, 15:40 pm. En este llamado la Tía Gabí informa directamente que la niña está con 93% de saturación de oxígeno, lo cual, es grave, ante esto comenta, "si la saturación de oxigeno sigue bajando, llamarán a la ambulancia para llevársela de urgencia al servicio médico más cercano (Posta). Con esta información la madre de la niña procede a llamar a mi celular urgentemente, llamado, al cual, contesto inmediatamente eran las 15.48 pm. En lo personal conozco un poco el tema de la saturación de oxígeno en niños, principalmente porque tengo cuatro hijos en total y por mi trabajo, sé que cuando un niño o niña ronda el 90% de saturación de oxigeno está al borde de una hipoxia, falta de oxígeno en la sangre, lo que implica algunos síntomas evidentes, que se mencionan hasta en las propagandas de televisión abierta. A los minutos, llamo directamente al jardín infantil que acude mi hija para pedir información de ella. A este llamado atiende una mujer que responde mi solicitud diciendo lo siguiente: Si papito… Llamamos a la mamá de la niña porque esta con una saturación de 91% lo cual, era grave y que si sigue bajando, llamarán a la ambulancia. Al comprobar la información directamente, doy aviso en mi trabajo y salgo caminando rápido a mi casa que es cerca de mi trabajo, cerca del Jardín. Tomo mi vehículo y salgo rápido pensando en lo peor… Llegó al Jardín infantil, antes de la salida de los niños y niñas, aproximadamente 16:20 pm. Al entrar al jardín y dirigirme a la sala del nivel educacional de mi hija, (sala cuna mayor). Golpeo la puerta, dentro de la sala me responden, "pase". Ingreso a la puerta de la sala, donde me observan las tías y me dicen directamente que mi hija no estaba lista aún, que tenía que esperar. Sorprendido con lo que me dicen, me quedo observando a mi hija por que no la visualizaba. Sinceramente con la información telefónica dada a ambos padres yo esperaba ver a mi hija en una camilla, con los labios morados, las costillas hundidas al respirar, etc. Que son los síntomas de la falta de oxígeno en la sangre, que anteriormente dije que hasta en la tv lo difunden. No obstante, al estar un par de minutos en el lugar. Mi hija Alanís aparece entre los niños y niñas corriendo alegremente a darme un abrazo, con este hecho, tan solo me basto darle un vistazo para saber que ella no se estaba ahogando. Tome a mi hija delante de la educadora del nivel, Tía Gabí. Ella me comenta que la niña presento un nivel de saturación de 91%. Ante esta situación, observe mi alrededor y en la muralla que colindaba con la puerta había un artefacto rosado para medir saturación de oxigeno… Sinceramente en mi primer observación, el objeto parecía un dedal de juguete, muy lejano al aspecto que tiene un artefacto medico (profesional) para medir los niveles de oxigenación en la sangre. Ante esta situación realizo la siguiente interrogante a la Tía Gabí, ¿Tía con ese objeto midieron a mi hija? Ella responde si y argumenta que se basó en una foto que le enviaron a su celular, la cual me muestra. Dicha foto solo mostraba una mano sosteniendo el objeto rosado y en él se veía la pantalla marcando 91%. En esta foto solo se ve el artefacto, no el momento exacto en que tomaron el EXAMEN CLÍNICO a mi hija. Yo, en ese momento, solo pensaba en la urgencia de oxígeno en la sangre que tenía mi hija, pero por dentro de mi pensamiento, dudé del procedimiento MÉDICO que hicieron las tías para determinar e informar de tan grave situación de salud de mi hija, por lo cual, respondí de la siguiente manera. Tía ante el reglamento interno siempre como apoderados cumplimos, traigo a la niña sana de sus reposos y desde el jardín me la entregan enferma, usted me puede decir que todos los padres cumplen y me podría asegurar que dentro de esa sala no hay niños o niñas enfermas… La tía Gabí me responde que hoy era el primer día de clases, tratando de justificar que la niña venía así de casa, a esta situación respondo que iré rápidamente a comprobar que la niña tenga los índices de oxígeno en la sangre informado vía telefónica y si no eran correctos, les pondría un reclamo. Me dirigí en mi vehículo personal de forma urgente al servicio de urgencia SAPU de plaza Quilicura, logrando ingresar al box de evaluación de signos vitales exactamente a las 16:39 pm, en este examen clínico realizado con los equipos médicos y en el lugar correcto, se pudo establecer que la saturación de oxígeno en la sangre de mi hija era del 97% dentro de lo normal y muy lejano a la situación informada por la tía y la persona que hablo conmigo directamente por teléfono, que luego puedo comprobar que era la Directora del establecimiento. En este momento como padre reflexiono lo sucedido y se vienen muchas interrogantes: ¿Quién tomo el examen médico?, por nuestro conocimiento como apoderados que asisten regularmente al establecimiento, jamás ha informado si cuenta con un profesional de la salud contratado de planta, ya sea, un médico, una enfermera o un técnico en enfermería, tampoco cuenta con un lugar habilitado para enfermería. Por ende, el diagnóstico se realizó dentro del aula. Lo cual, no recomendable para tomar un examen médico por un sin fin de factores, por ejemplo falta de ventilación justo en el momento de la evaluación, más aun existiendo sistema de calefacción encendido. Como apoderado, ¿fui atendido por un profesional de la salud, para informarme directamente del estado de salud de mi hija? Solo me recibe Tía Gabí argumentando su llamado en una foto enviada a su celular. En el jardín, ¿quién determina el estado de salud de un niño, antes de ser informado a los padres? El artefacto para medir saturación sanguínea, ¿fue manipulado por un profesional de la salud? ¿Quién determino el estado de salud de mi hija? Para que nos informarán de tan grave situación… ¿Cómo apoderados fuimos informados de que se usaría este artefacto en los alumnos? ¿Quién nos asegura que el artefacto médico utilizado en el procedimiento de mi hija tiene la certificación impuesta por el MINSAL? Mi reclamo, directamente apunta hacia la tía a cargo del nivel educacional de mi hija, (Tía Gabí), que a la vez, tiene dos nivel educacionales a cargo y se basó en una foto enviada a su celular para dar aviso del estado de salud de mi hija, como también va dirigido hacia la directora del establecimiento por dar información errónea ante la situación médica de Alanís. La madre de Alanís, ya se había presentado en otras instancias al establecimiento para dar reclamo directo por los diagnósticos médicos entregados en el jardín sobre nuestra hija, la mayoría de ellos observados en aula, solo por las tías sin apoyo de un profesional de la salud. Por otra parte, el llamado telefónico e la información que me dan directamente a mí por este medio, no fue un llamado de calma, de alerta. Fue un llamado con palabras mayores como si sigue así llamaremos a la ambulancia… Eso solo genera en uno como apoderado pánico, miedo, urgencia. Las tías llaman telefónicamente sin la conciencia de las palabras utilizadas, que habría pasado si por la urgencia del llamado yo salgo rápidamente, distraído, con la conciencia perturbada, esta situación podría fácilmente haberme provocado un accidente o yo haberlo provocado…. Las tías se argumentan el reglamento interno, pero resulta que los diagnósticos, evaluaciones o recomendaciones médicas que dan solo se basan en sus argumentos y no en lo que dice un profesional de salud. Esto significa que los niños o niñas terminen asistiendo a servicios de salud de urgencias innecesariamente, solo por cumplir con lo del reglamento interno, ya que, si uno NO LLEGA con papel médico cuando ellas lo solicitan, al otro día no reciben al niño o niña a clases. En la mayoría de las veces estas recomendaciones médicas dadas por sus evaluaciones, terminan en que uno como padre lleve de urgencia a sus hijos a centros de salud, colapsados, servicios de salud llenos de otras personas con enfermedades realmente graves, servicios de salud que indican en campañas masivas cuando uno de llevar a los niños o niñas o mejor dicho al grupo de riesgo al servicio de urgencia, ellos lo dicen por dos razones claras, evitar contagio con otras patologías y para no colapsar el sistema de salud. Recomendaciones que claramente las tías no cumplen, por el contrario son capaces de dar diagnósticos errados y a través de llamados de suma urgencia. Gracias a dios, mi hija no tiene obstrucción pulmonar, como ellas informaron. Solo tiene un resfrío leve con tos, mucosidad, puede asistir al Jardín con tratamiento desinflamatorio y analgésico pero no la enviaremos por precaución, la doctora informa directamente a los padres que habría sido imposible que mejorara en cosa de minutos su saturación de oxígeno sin un procedimiento médico como por ejemplo nebulizar, acción que no fue necesaria llevar a cabo, porque los índices de oxígeno en la sangre de mi hija estaban dentro de lo normal, Con estos argumentos reitero que la información dada por el jardín fue errónea y considero a mi juicio como apoderado se debe supervisar los protocolos de acción del establecimiento y por sobre todo los diagnósticos médicos de que hacen e informan las tías, sin la participación o supervisión de un profesional de la salud. La hora de ingreso al SAPU se puede comprobar con el papel emitido por esta institución y la hora de los llamados telefónicos con el registro de llamadas de los celulares de los padres de Alanís. Por otra parte la consecuencia directa de la mala información entregada por el jardín fue pasar con mi hija en un servicio de urgencia más de cuatro horas, cuando esto se habría evitado si el llamado telefónico hubiese sido de alerta y calma. Ejemplo papito la niña ha tenido tos frecuente y molesta para ella, recomendamos llevarla al servicio médico, muy por el contrario el llamado fue de urgencia, incluso atribuyendo una participación de ambulancia para el traslado de Alanis, (Grave).

Mi nombre es Robinson Orellana Olivares, padre de Alanís Orellana Ramírez, la cual es alumna de regular del Jardín Infantil, Los Molinos, perteneciente a la Corporación Municipal de Quilicura, Código JUNJI: 13125012. El día de hoy mi hija asistió a clases como lo hace regularmente, durante la tarde la madre de Alanís recibe un llamado