Llegamos a The Garden College, luego de hacer una búsqueda rigurosa en Internet: fue la salacuna que tenía las mejores recomendaciones, además de cumplir con otras características que buscábamos. En junio cumpliremos un año y podemos decir que el jardín ha sido un apoyo. Las tías son muy dedicadas y tratan a nuestro hijo con mucho afecto y profesionalismo. Cada semana, en un panel en el hall, publican las minutas semanales para cada grupo. He llegado en distintos horarios y he podido ver la entrega de compotas y almuerzos a media mañana (comida casera, cocinada por dos días). Es un jardín que manteniendo la preocupación y comunicación con lxs apoderadxs, no te atiborra de tareas, ni de peticiones. La lista de materiales es mesurada. La preocupación por la higiene es tal, que mi pediatra me felicitó por el jardín, dado que mi hijo ha tenido pocos contagios durante las curvas altas de brote de virus. Son muy responsables en términos de que si tu hijo se siente mal durante la jornada, te lo harán saber. Son cuidadosas y aplican oportunamente los protocolos. El jardín es un proyecto familiar, lo cual hace que siempre esté abierto a nuestras dudas y peticiones. El trato es flexible y hay un apoyo, expresado por ejemplo, en cómo las tías colaboran cuando celebramos los cumpleaños, la posibilidad de elegir si llevar snaks saludables, el control que hacen para prevenir riesgos. Siempre están buscando hacer mejoras a la infraestructura. Quiero recalcar que las tías siempre tienen el consejo y la respuesta respecto de cosas prácticas, de mucha utilidad para madres y padres primerizos. También QUE LXS DEJAN ENSUCIARSE Y DISFRUTAR DE LAS ACTIVIDADES. Una última cosa interesante, es que hay niñxs que vienen de familias interculturales, diversidad que he visto integrada en los paneles de los niveles más grandes. Nuestro hijo está contento